Vistas de página en total

miércoles, 17 de agosto de 2016



Escaparate de modelados

De la misma manera que cada persona es un mundo, no hay una tarta igual a otra. Por medio de los modelados podemos conseguir personalizarlas: con una forma de ser, un hobby, una broma, un sentimiento... El resultado es, casi siempre, una cara de sorpresa, una sonrisa o una carcajada y, alguna que otra vez, alguna lágrima, pero de alegría.

¡Me requetechiflan las sorpresas!

















































martes, 8 de diciembre de 2015


Pies de naranja




Siempre hay un primer paso para todo. La vida nos pone continuamente a prueba pidiéndonos que avancemos, que tomemos decisiones, que sigamos adelante aunque, de vez en cuando, tropecemos. Y  lo cierto es que, a pesar de todo, nos levantamos y continuamos el camino porque necesitamos sobrevivir. Si, en este proceso, nos acompaña una mano amiga, si recibimos un abrazo tierno, si nos ofrecen un hombro mullido, una mirada sonriente o cualquier otro gesto de amor, entonces,  el camino es mucho más fácil y cada paso cuesta menos.
     
     Y un día de esos me dan ganas de encender el horno para que el olor a naranja y azúcar tostado  impregnen mi casa y mi alma.


 Pies de naranja

 * Ingredientes:
- 340 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 200 gramos de azúcar
- 440 gramos de harina 
- 4 yemas de huevo
- cáscara de naranja rallada
- 1 cucharadita de canela


* Preparación:
Batir la mantequilla con el azúcar, la cáscara de naranja y las yemas de huevo hasta que se disuelva el azúcar. Poco a poco, ir añadiendo la harina y la canela a cucharadas, mezclando bien hasta conseguir una masa uniforme.



Hacer una bola con la masa, cubrirla con film transparente y meterla en la nevera durante media hora para que se endurezca un poco. Hay quien las deja de una día para otro pero no es imprescindible.




Luego, preparar una superficie antiadherente, como un mantel de silicona, y colocar a los dos lados unas reglas de 5 mm de altura. Colocar la bola de masa en el centro del mantel y poner un trozo de papel de horno sobre ella. Con un rodillo apoyado en la dos reglas ir pasando sobre la masa hasta estirarla por completo. 




Es importante que el rodillo siempre esté apoyado en las dos reglas para conseguir que las galletas queden del mismo grosor. Esto evitará que al meterlas en el horno las más finas se quemen y las más gruesas queden crudas.




Podemos, incluso, hacer las galletas más finas o más gruesas si queremos ya que esto, simplemente,  variará  el  tiempo  de  horneado. Lo  importante  es que sean todas del mismo tamaño.




Con  un  cortador  de  galletas  en  forma  de  pie  vamos marcando y cortando la masa, aprovechando el espacio lo mejor posible para que no tengamos que amasar y estirar la masa continuamente.




Con la ayuda de una pequeña espátula o un cuchillo plano iremos separando cada galleta con cuidado de que no se deformen. Si en este momento vemos que se deforman con facilidad es preferible poner la masa en una bandeja sin separarla del mantel y volver a meterla en la nevera otra media hora para que se enfríe.




A medida que vamos separando  las  piezas  cortadas, las  colocamos  sobre  papel antiadherente en una rejilla de horno. Es necesario dejar una separación entre ellas porque con el calor del horno aumentarán de tamaño.




Precalentar el horno a 180 grados y meter la bandeja de galletas. El tiempo de horneado suele ser de 10 o 12 minutos. Sabremos que están listas cuando se empiezan a dorar por los bordes aunque el centro parezca crudo. Si las dejamos que se doren completamente, al enfriarse quedarán muy duras.




Al sacarlas del horno las colocamos en una rejilla para que se enfríen por todos lados. Esto las dejará crujientes durante más tiempo.




Si hemos hecho mucha cantidad de galletas podemos apilar las rejillas para no ocupar demasiado espacio en la cocina.
Cuando se enfríen las guardaremos en una lata bien cerrada, para que no estén en contacto con el aire. 


Ya solo nos queda hacer un buen chocolate y caminar con la vista al frente. 

¡Feliz recorrido!